El miedo a la separación forma parte del desarrollo evolutivo del niño y suele desaparecer antes de los tres años. Si antes de iniciar la guardería se le deja a veces con otras personas la incorporación a la guardería será más fácil (empezar con ratos pequeños e ir incrementando el tiempo). En general existe un periodo de adaptación (empezar con poco tiempo e ir aumentándolo según las indicaciones de los responsables de la guardería).
Es importante que la mamá durante ese tiempo, interaccione con la guardería, que adquiera un papel activo y que transmita seguridad y sentimientos positivos hacia su hijo, la guardería y sus cuidadores. Debe valorarla como una oportunidad, más que como una separación y resaltar sus aspectos positivos (vas a jugar, actividades divertidas, amiguitos, etc.).
Puede servir de ayuda llevar un objeto de transición (peluche, mantita, etc.), siempre contando con las normas del centro. Los padres deberán despedirse, si se puede, siempre de la misma manera con palabras cariñosas y breves y haciendo lo mismo. Es importante no huir a escondidas y no ceder ante el llanto. Cuando se le vaya a recoger hay que dedicarle tiempo para escuchar lo que nos cuenta, y preparar por la tarde la vuelta al día siguiente.
Bibliografía: Guía práctica para padre – Asociación Española de Pediatría