La dermatitis es un término genérico que se utiliza para definir una amplia gama de reacciones inflamatorias que afectan a la piel. Esta afectación la padecen entre un 15-20 % de los niños y es raro que aparezca antes de los dos meses de edad.
La lactancia materna tiene propiedades muy beneficiosas para los niños que la padecen. En caso de no poder tomar pecho, será tu pediatra quien te indique la fórmula láctea más adecuada.
La dermatitis atópica causa mucho picor, siendo éste el síntoma más llamativo. Las lesiones que se producen por el rascado exageran la erupción, por lo que es recomendable que los pequeños tengan las uñas lo suficientemente cortas como para evitar el rascado e incluso que los lactantes duerman con guantes.
En el lactante las lesiones se localizan preferentemente en cuero cabelludo y cara pudiendo extenderse al tronco. En edades posteriores es característica la afectación de los pliegues como son codos y rodillas, y de las áreas de roce, como cuello, muñecas y tobillos.
Es recomendable evitar jabón y detergentes biológicos, es preferible el baño diario simplemente con agua y jabón. También es importante el empleo de cremas hidratantes especialmente desarrollados para piel seca, dos o más veces al día, sobre todo tras el baño. Este tipo de piel atópica, además, suele ser seca y se infecta con mayor facilidad.
Y por último, la ropa de contacto con su piel debe ser de algodón o lino, evitando poliéster y lana pura. En invierno es recomendable usar zapatos de piel, en verano de tela y dejar el calzado deportivo sólo para cuando el niño haga deporte.
Bibliografía: Guía practica para padres, desde el nacimiento hasta los 3 años – Asociación Española de Pediatría.