El bebé debe adaptarse a vivir menos tiempo con su mamá y ésta a equilibrar su rol materno con el profesional. Es normal sentirte culpable ante la posibilidad de perderte los primeros acontecimientos importantes en su vida, sus primeras palabras, sus primeros, pasos o de irte a trabajar dejándolo enfermo. Estarás delegando el cuidado de lo más preciado que tienes en otra persona, de manera inevitable la culpa y los miedos se harán presentes: ¿Y si lo cuida mal? ¿Y si se lastima?
Para aliviar esta culpa tan habitual y a la vez incomoda, es conveniente que en primer lugar tengas presente que reintegrarte a tus actividades y dejar a tu hijo por unas horas a diario, no significa que por ese tiempo dejes de ser madre, te ausentas, pero delegas cuidados en una persona de confianza a quien das una serie de indicaciones esenciales.
En segundo lugar conviene que analices los motivos que te llevan a retomar el trabajo, saber por qué necesitas separarte del bebé te permitirá organizar tus emociones: controlar la ansiedad, sentir menos culpa y lograr cierto equilibrio. Debes entender que ser madre es mucho más que estar presente en cada uno de todos los momentos de la vida de tu hijo. Y debes reconocer con realismo las limitaciones, para que la nueva situación no te desborde.
Un modo de facilitar el proceso de adaptación a la nueva realidad es que empieces a ausentarse gradualmente, saliendo de casa por períodos breves antes del término del postnatal. Y una vez que te reintegres al trabajo, un hábito esencial es que al volver cada día a tus casa aproveches el reencuentro y dediques a tu hijo todo el tiempo que tengas.
Bibliografía: Guía completa para el cuidado del recién nacido – UNICEF.