Durante los primeros meses el bebé se quedaba encantado en los brazos de la mayoría de las personas y les sonreía a todos, pero ya entrado en el segundo semestre, empieza a extrañar y a reclamar la presencia de sus más allegados.
Esto significa que su desarrollo va muy bien; descubrió que es algo separado de sus figuras de apego y está empezando a distinguir a los conocidos de los no conocidos. Que extrañe no significa que tengamos que estar con él o ella todo el tiempo. Por el contrario, conviene que lo ayudemos a empezar a aprender a estar un poco sin la compañía de sus papás, e ir descubriendo que es más fuerte de lo que cree.
Si contamos con alguien que sabemos que lo cuida y atiende adecuadamente, podemos dejarlo con esa persona un rato; aprender de a poco a estar sin sus padres lo ayuda a fortalecer su incipiente autonomía y a saber relacionarse con diferentes personas.
Aceptar la separación no es fácil para el bebé ni para sus padres: algunos necesitan practicar mucho antes de tolerarlo bien. Cuando son muy pequeños, jugar al «está, no está» es una manera rudimentaria de aprender y entender que lo que no se ve no desaparece para siempre.
Poco a poco es bueno ir acostumbrándolo a que puede estar sin mamá o papá a la vista. Cuando el bebé nos reclame para que estemos con él o lo entretengamos, salvo que nos necesite por su seguridad, podemos tardarnos un poquito; quizás podamos hablarle desde lejos para tranquilizarlo. De esa manera, poco a poco aprenderá a estar consigo mismo y a calmarse solito.
Si el bebé es muy sensible a las caras desconocidas, debemos presentárselas de a poco. Que no lo acosen ni lo invadan, que se queden en la periferia interactuando con los conocidos hasta que el bebé se acostumbre un poco. Si es en su casa, esto le va a resultar mucho más fácil.
Y nunca nos vayamos sin despedirnos, aunque el bebé llore, tenemos que mantener su confianza en que no lo engañamos. Escaparse sin que se dé cuenta logra que papá o mamá se vayan sin tanta culpa, pero al bebé le enseña a no confiar y le genera mucha inseguridad.
Bibliografía: ¿Mucho, poquito o nada? Guía sobre pautas de crianza para niños y niñas de 0 a 5 años de edad – UNICEF.