El aprendizaje de tu pequeño inicia en el momento de nacer cuando empieza a conocer el mundo, a su familia, a su entorno… y a sí mismo. Crecer es aprender a vivir y en estos primeros años de vida su crecimiento depende de cómo se le estimule y del cariño que reciba.
El niño necesita aprender a interpretar lo que pasa a su alrededor, y para ello requiere del desarrollo de todos sus sentidos de una forma equilibrada: el oído, la vista, el tacto, el olfato y el gusto serán los medios que le ayudarán a saber cómo es el mundo que le rodea para que después él pueda desenvolverse con seguridad en él.
El dominio del cuerpo y del habla es esencial para su desarrollo como persona y la maduración de su sistema nervioso. No sólo le permitirá moverse con agilidad, sino que controlará perfectamente las acciones más delicadas y complejas con sus manos, como la escritura o la expresión a través de gestos.
Tu hijo deberá adquirir en sus primeros años unos hábitos de alimentación, higiene, descanso y orden que le acompañarán toda su vida. Le ayudarán a sentirse seguro ante el mundo con el que deberá interactuar y a estructurar su forma de pensar.
Conocer que existen límites y normas que seguir es imprescindible para que en el futuro el niño pueda integrarse en la sociedad, facilitando así la convivencia. Transmitirle estas normas es una muestra de estimación que ¡Le ayudará toda su vida!
Bibliografía: Guía de consejos para padres – www.superpadres.com