La llegada del bebé al hogar supone un cambio en el desarrollo de la vida cotidiana y de organización familiar. Las primeras semanas tras el parto son un periodo de importantes cambios físicos y psicológicos para la mamá.
Los primeros días con el bebé en casa pueden no ser fáciles ya que la mamá está recuperándose del parto, ambos papás se enfrentan al sueño interrumpido, al inicio de la lactancia, al cansancio continuo, a la sensación de que no hay tiempo para nada…
Sin embargo, enseguida se aprende a reconocer las necesidades más elementales del nuevo integrante de la familia (comer, dormir, sentirse cómodo, limpio y mimado) y a organizarse para que todo resulte más sencillo.
Tradicionalmente ha sido la mamá quien más se ha ocupado de los bebés, sobre todo durante las primeras semanas en las que exigen una “dedicación exclusiva”. No obstante, es importante que el papá establezca con su hijo un vínculo tan fuerte como el de su pareja, más allá de la naturaleza y la costumbre.
Y en contrapartida a esta dedicación, los padres se sentirán recompensados con la sonrisa y el amor de su hijo. Y no habrá nada que les gratifique más que verlo día a día crecer y desarrollar todo su potencial como ser humano.
Bibliografía: Cuídame, guía para padre y madres – Gobierno de Aragón.