Suelen ser la principal causa del llanto e inquietud en los niños más pequeños. Nos referimos al llanto intenso y duradero que presenta el bebé menor de 3 ó 4 meses, generalmente tras algunas tomas, sobre todo al final de la tarde y noche, y que suele acompañarse de movimientos de flexión de las piernas sobre la tripa.
En estas circunstancias el bebé no se alivia ofreciéndole alimento, parece incluso manifestar cierto rechazo a tomarlo. Esta situación no se acompaña ni de vómitos ni de diarreas. Con el cambio de posición del niño, cuando logra hacer cacas o expulsa ventosidades, la situación mejora.
No hay una sola causa de los cólicos. Pueden producirse por problemas en la “técnica” de la alimentación (ansiedad del niño al principio de la toma, nerviosismo en el entorno o, si toman biberón, no encontrar la tetina más adecuada), o bien por problemas de intolerancia alimentaria a alguno de los componentes de la leche artificial. En algunas ocasiones, y tratándose de niños que toman el pecho, los cólicos obedecen a un exceso de lácteos en la dieta de la mamá.
¿Cómo actuar?
💙 Bastará con evitar su ansiedad en las tomas, procurar que tengan lugar en un ambiente tranquilo para la madre y el niño, y que antes de acostarlo expulse los aires que ha podido ingerir.
💙 En el momento del cólico puede ayudar colocarlos boca abajo sobre nuestro antebrazo, con la cara hacia el codo, de manera que nuestra mano puede hacer cierto masaje en la tripa, mientras la mano libre acaricia suavemente la espalda. Mecerlo en nuestros brazos o llevarlos en la “mochila portabebés” ayuda también a aliviar el problema.
💙 Se trata de un problema que normalmente desaparece al 3º o 4º mes. Si es muy intenso, el pediatra nos aconsejará otro tipo de medidas.
Bibliografía: Cuídame , guía para madres y padres – Gobierno de Aragon.