Es el corte que generalmente realiza el ginecólogo en el momento previo al parto, para facilitar la salida del bebé y evitar desgarros. Es fundamental mantener una correcta higiene en esta zona:
❤️ Antes que nada, debes lavarte bien las manos.
❤️ Pon agua jabonosa en una jarra u otro recipiente.
❤️ Deja correr el líquido de adelante hacia atrás sobre la zona del corte.
❤️ Repite el procedimiento cada 3 o 4 horas o luego de orinar o movilizar el intestino.
❤️ Después del lavado, deja secar la zona higienizada al aire.
❤️ Luego de unos minutos, continúa el secado con un lienzo limpio y coloca un apósito limpio sostenido por la bombacha (evita el algodón, en lo posible, porque se deshace).
Si utilizas compresas, es preferible que no tengan plástico para que la herida reciba más aire. No uses tampones durante el primer mes del puerperio: evita el riesgo de infección por acumulación de secreciones.
A medida que pasan los días los puntos se van secando, por lo que podrás sentir cierta tirantez y molestia. La herida cicatriza entre 10 y 15 días después del parto. No es preciso quitar los puntos: por ser de un material reabsorbible, caen solos. Si notas que los puntos están supurando o que la zona se enrojece o se hincha, – hasta puedes llegar a tener fiebre -, deberás consultar con el médico: es posible que alguno de los puntos se haya infectado. También se recomienda consultar ante la sensación de pinchazos.
Evitar moverte o permanecer de pie en exceso durante los primeros días. Y cuando estés sentada, evita que todo tu peso recaiga sobre los puntos; para ello puedes colocar una toalla enrollada en el asiento, en el lado contrario a la episiotomía. En cuanto al dolor, puedes aliviarlo mediante compresas heladas y baños de asiento con agua tibia.
Bibliografía: Bienvenido bebé – guía completa para el cuidado del recién nacido de 0 a 3 meses.