La aparición de algunos miedos es absolutamente normal y forma parte de algo así como un “sistema de alarma” del organismo, que nos avisa cuando creemos que hay peligro.
Algunos bebés son por naturaleza más “miedosos” que otros. Frente a un estímulo novedoso se retraen para observar de lejos y eventualmente familiarizarse con él. Otros pequeños de la misma edad, frente a una novedad van hacia ella, atraídos por lo desconocido.
Lo que les da miedo va cambiando con la edad. Cuando son bebés se asustan con los movimientos o sonidos bruscos, más adelante temen a los desconocidos, a la oscuridad, a la soledad, etc.
¿Cómo ayudarlos?
💜 Lo primero que necesitan cuando están asustados es nuestra comprensión, protección y respeto.
💜 Nuestro abrazo, nuestras palabras tranquilizadoras les irán permitiendo recobrarse de lo que los asustó.
💜 Una vez calmados podremos, con mucha delicadeza, demostrarles que no hay peligro en lo que los asustó.
💜 No los ayuda que les evitemos el contacto con lo que los asusta, siempre y cuando no se trate de un peligro real. Sí los ayudará poder superar el miedo poco a poco y con paciencia de nuestra parte. No debemos enojarnos o ponerles la etiqueta de miedoso o cobarde.
💜 Jamás lo asustaremos en vano, ni por diversión ni para conseguir que haga algo.
Bibliografía: Guía sobre pautas de crianza para niños y niñas de 0 a 5 años de edad – UNICEF.