La agresividad, la violencia o el uso de castigos físicos y humillantes generan en los niños sentimientos de inferioridad, rabia, baja empatía, así como repetición de patrones agresivos.
El castigo físico y humillante influye en la salud mental y la experiencia de la felicidad a largo plazo, con unas consecuencias psicológicas perjudiciales para los niñ@s:
💙 Provoca sentimientos de soledad, tristeza y abandono, y aumenta el riesgo de desarrollar depresión en el futuro.
💙 Daña su autoestima, genera un sentimiento de poca valía y promueve expectativas negativas respecto a sí mismo.
💙 No aprende a cooperar con las figuras de autoridad, aprende a someterse a las normas o a transgredirlas.
💙 Puede sufrir daños físicos graves de presentarse violencia fisica.
💙 Incorpora a su forma de ver la vida una visión negativa de las demás personas y de la sociedad como un lugar amenazante.
💙 Puede producir ansiedad y culpa, incluso cuando se considera correcta la aplicación de este tipo de castigo.
💙 La violencia se expande y aumenta la probabilidad de que los papás muestren comportamientos violentos en el futuro en otros contextos, con mayor frecuencia y más intensidad.
💙 Impide su comunicación con los hijos y deteriora las relaciones familiares.
Recuera que existen alternativas al castigo físico y humillante, estas prácticas son ineficaces y perjudiciales para todos, y además supone una vulneración de los derechos de los niños y las niñas.
Bibliografía: ¿Quién te quiere a ti? Guía para padres y madres: cómo educar en positivo – Save the Children.