Discutir o negociar con la mamá/papá de tu hijo no es lo mismo que agredirse o llegar a la violencia. En caso de que tengas diferencias, discusiones o peleas, es importante que ambos lo enfrenten sin producirle conflictos o daños al pequeño.
La exposición de los hijos al alto conflicto o violencia entre los papás –vivan juntos o separados– tiene un impacto negativo en su vida. Si discuten fuertemente, procura de no hacerlo frente a tu hijo.
Si hubiera mucha tensión en la relación entre papá y mamá procuren buscar estrategias para bajar esa tirantez y para resolver pacíficamente los conflictos. Nunca se agredan, y si la tensión sube mucho y se ponen en riesgo de agresión o violencia (física, psicológica, verbal u otra) es mejor retirarse de la escena y conversar en otro momento.
Los hijos no deben ser puestos “al medio” de los conflictos o tensiones entre los papás y tampoco se les debe hacer tomar partido por uno u otro. Y si tu hijo ha sido testigo de una pelea fuerte entre ustedes o de violencia, se le debe explicar lo que ha sucedido, contenerlo emocionalmente, monitorear si queda afectado por varios días y evaluar una onsulta con un especialista en salud mental.
Parejas o papás con alto nivel de conflicto requieren a veces buscar apoyo para mediar y resolver sus problemas, evitando que las tensiones o quiebres de pareja afecten la relación de ellos con los hijos. En ese caso es recomendable buscar apoyo con familiares o amigos o con especialistas en salud mental.
Bibliografía: Guía de paternidad activa para padres – UNICEF.